El pastel estaba en el horno, menos mal, porque mi nieta me lo había pedido y no quería defraudarla, al fin y al cabo, la pobre no más viene dos veces al año, y yo la veo poco, pero sólo con verla sonreir un poco ya me siento feliz.
Recuerdo aquel día de primavera en que, como por arte de magia empezó a andar, casi me echo al suelo para ayudarla, pero no lo hice, fue sabia mi decisión.
Un pie, otro pie... ¡un milagro! su primer paso.... ella ignoraba que detrás de aaquellos pasos iban a ir millones de ellos, pasos para andar, pasos para llegar a una meta, pasos para evolucionar en la vida... uno detrás de otro...
Es curioso, iba en busca de mi pastel. Desde pequeña lo pide, siente predilección por él. Somos curiosos los seres humanos, somos diferentes... yo amaba las aceitunas y ella los-mis pasteles...
Es increible cómo pasa el tiempo.
Viene para contarme que se casa... qué alegría.
Sólo me queda desear que sea feliz.
Recuerdo aquel día de primavera en que, como por arte de magia empezó a andar, casi me echo al suelo para ayudarla, pero no lo hice, fue sabia mi decisión.
Un pie, otro pie... ¡un milagro! su primer paso.... ella ignoraba que detrás de aaquellos pasos iban a ir millones de ellos, pasos para andar, pasos para llegar a una meta, pasos para evolucionar en la vida... uno detrás de otro...
Es curioso, iba en busca de mi pastel. Desde pequeña lo pide, siente predilección por él. Somos curiosos los seres humanos, somos diferentes... yo amaba las aceitunas y ella los-mis pasteles...
Es increible cómo pasa el tiempo.
Viene para contarme que se casa... qué alegría.
Sólo me queda desear que sea feliz.
Comentarios
Saludos
Lo bonito es crecer sin olvidar lo que fuimos, a donde vamos y las promesas que algún día nos hicimos.
Un saludo
saludos
Maria
Un saludo,
Pedro.