Érase una vez un pueblo donde las noches eras largas y la muerte contaba su propia historia. En el pueblo vivía una niña que quería leer, un hombre que tocaba el acordeón y un joven judío que escribía cuentos hermosos para escapar del horror de la guerra. Al cabo de un tiempo, la niña se convirtió en una ladrona que robaba libros y regalaba palabras. Con estas palabras se escribió una historia hermosa y cruel que ahora ya es una novela inolvidable. Así dice en la contraportada del libro Este es el momento de hablar de este libro. Aun no lo he terminado y es del tipo de libros que seguro que acabaría contando el final. Anoche lloré mientras lo leía, de la emoción de una escena bien contada hasta el punto de casi vivirla, y me di cuenta de que tenía que comentarlo ya, porque me está encantando. Resulta que la historia no es contada por un narrador normal ,un niño, un abuelo, una vecina... sino que es la misma muerte en una Alemania Nazi quien te cuenta una historia llena ...
El camino se hace al andar