Prosiguiendo con el viaje sorpresa, diré que la primera noche cenamos pastas que a mí me gustan acompañado por un vino genial, quizas demasiado bueno como para tomarlo con pastas, pero es el que nos trajeron y el que estábamos locos por probar. No me acuerdo del vino, sé que era especial, y fuerte...
Esa noche cuando caimos en la cama nos quedamos fundidos en el segundo número dos. Un silencio completo del que hacía tiempo no sabía nada, la quietud... la tranquilidad, eran condiciones para que todos nosotros durmiéramos como bebés hasta que el cuerpo lo pidiese. Mi amigo se levantó prontito prontito para ver amanecer. Qué loco, me iba yo a levantar pronto para ver amanecer... ¡pronto!... además con el frio que hacía...
Cuando nosotras, las mujeres, nos levantamos, desayunamos pan que trajo el madrugador (dicen que a quien madruga Dios le ayuda) con aceite.
Y emprendimos una ruta en la que pudimos ver unos buitres tomando el sol con sus pies en tierra y, algunos de ellos, estaban emprendiendo el vuelo. Pienso que son unos animales increibles, gigantes, y muy elegantes, aun se me ponen los vellos de punta al recorderlo.
Cuando me dí cuenta, íbamos directos a donde nos disponíamos a almorzar. Un restaurante muy bien decorado en plan museo, con salchichón de jabalí y cosas así. No recuerdo si era de jabalí o de ciervo... la cosa es que de algo de caza.
El pueblo donde comimos tenía los charcos helados, donde había sombra helado, donde habitaba el sol fundido... nosotros como dos catetos haciendo el monopatín en los charcos... ¡pa que nos hubiéramos caido!
Y entramos en el restaurante, aun estaba cerrado y estaban abriendo. Para esperar, nos tomamos un vinito.
El restaurante vacío sólo se llenaba con nuestras risas y nuestra conversación. Pusieron la calefacción, pero como la sala era tan grande, el frio no remitía para nada.
La comida estuvo bien, aunque no espectacular, como esperábamos. Faltaba mucho de la carta; aun así, lo que comimos estaba bueno.
Para la tarde, el café y una siestecilla en el sofá al lado de la chimenea. MMMMMMM super gustito. Cada uno a lo suyo, leyendo, viendo la tele... durmiendo...
Yo me desperté antes... y mi amigo a eso de las ¡ocho! Ángelito, estaba cansado, eso de madrugar... es lo que tiene. Mientras dormía, jugábamos a un juego que me han regalado por reyes, tiene un nombre inglés pero nosotros lo llamamos "El totem" tiras cartas, estás pendiente si tu carta se repite y robas el totem, quien lo robe antes se libra de sus cartas y quien estaba alelao se las come... está chulísimo el juego, y nos reimos mucho, porque saca de los nervios, el totem vuela, el senido de competicion aumenta... está bien el juego.
Para cenar nos fuimos a un restaurante precioso, calentito, bien presentado y con el personal muy my amable. Para llegar allí atravesamos lo que yo llamo "la boca del lobo", al apagar las luces del coche, no se veía más que las estrellas, y porque brillaban en el cielo, del resto... cero. Bueno una vez brillaron los ojos de un jabatillo al lado de la carretera. Y yo loca por ver un ciervo, un lobo o algo así.
El frio nos acompañaba así que al entrar en el restaurante, de nuevo como dos catetos, nos fijamos en la parte superior de una fuente que había en la entrada del restaurante. Estaba helado, golpeamos un poco y sacamos un trozo. Era como un cristal de los gordos, pero en hielo. Estábamos asombrados... vaya, yo con decir que me entraban ganas de salir al frio para volver a verlo... ya lo digo todo.
Nos pedimos una cerveza para esperar a que nos dieran la mesa y esperamos un poco. Se respiraba tranquilidad y bienestar..
La comida estaba buenísima.
Mañana cuento el último día
hasta mañana...
Comentarios
Esos maravillosos fines de semana tranquilos, relajados, agradables, sin hacer nada del otro mundo que es de lo más extraorinario que puedes hacer
Y la belleza del entorno
Y ese frio del que disfrutas cuando entras en un sitio calentito
Muchos buenos recuerdos me trajiste esta mañana, Malvi
Pues sí que lo es! jajajajaj
gracias Kikas
Muchas veces hacemos las cosas con toda nuestra intención y fracasamos miserablemente.
O sea que no te quejes de que no es romantico y alegrate de que te sorprende, que es más divertido, ¿a que sí?
beso!
Para mí fue un placer darte esa sorpresa, primero porque la mereces, segundo por nuestro Carrascal y marido, que es un genio, tercero, porque me encanta verte llorar por algunas cosas; cuarto, uffff, porque a mí mismo es de las pocas cosas que me siguen emocionando, un fin de semana con amigos y seres queridos,"sin hacer nada especial" como dice Kikas, pero siendo de lo mejor que puedes hacer. Me entristece que poco a poco hemos perdido esas cosas que tanto nos emocionan y que en el fondo tanto significan para nosotros, ¿por qué las hemos cambiado por otras? Somos unos mantas! Debemos recuperarlas.
Bueno, te voy dejando que parece que quiero recuperar los meses de letargo en los que no te escribo y me estoy poniendo un poco pesao.
Como me banees el comentario te retiro el saludo, que llevo escribiendo 20 minutos.
Y recuerda:
Lugar: Retuerta del Bullaque
Fecha: 09/01/2010
Hora: ni se sabe
Temperatura: -8ºC
La Virgeeeeeeeen!
Un abrazo
Pues sí... estos fines de semana en que no se hace nada en especial y se hace todo, son maravillosos. Pero en mi caso no han ido desapareciendo, en mi caso están apareciendo... Todo está empezando para mí.
Además, no creo que hayamos ido perdiendo esas cosas que nos hacen ilusión, hemos ido optando por cosas, que no es lo mismo que ir alejando otras... sólo es optar según la situación, sólo es madurar... y crecer.
Pienso que hoy por hoy, estoy creciendo mucho. Y es gracias a estos momentos en que no hacemos nada y lo compartimos todo.
Para mí todo esto es un lujo que no tiene mucha gente... y lo valoro muchísimo
GRACIAS ABELLANER!
besooo!!