Hoy es un día de estos que te hacen recordar. Y claro, no lo recuerdas todo de una vez, yo noto que los recuerdos, al menos los míos, van y vienen como las olas del mar, par después volver a un mar olvidado y después, algún día vuelven y vuelven y se van para volver...
Algo así.
Me ha recordado a mis tiempos de joven. Aquella época en que mi madre me prometía vestirme de pastorcilla y me tiraba todo el día de lo más nerviosa, emocionada, pero guardando las formas porque al día siguiente venían regalitos. Esos tiempos en que lo creías todo, aquellos tiempos en que vestía a mis muñecas con sus mejores galas porque era Navidad y había que arreglarse bien. Mis barbies se lavaban el pelo, mis peluches se ordenaban y los cuentos ta,bién. Todo bien sólo porque era Navidad... jejjej, claro, eso a mi madre le encantaba. Porque no soy-era muy ordenada que digamos, y por ese dato recién dado se puede adivinar que el orden controlador que tenía sobre cada cosa no duraba más de dos días.... Aún me pasa... Lo sé lo sé... Me pasa lo mismo con la ropa, la ordeno, la ordeno.... y luego no dura ni una tarde.
Pero ese no es el tema.
El tema es la Navidad.
Todos los años lo pasábamos en casa de mi abuelo. Cuando era pequeña me encantaba, estaba con mis primos, estaba con mucha gente y a los niños pequeños les gusta mucho el jolgorio. Ahí estaba yo. Además, éramos menos. El pensar que la mesa del abuelo Paco llegaba a la mitad del salón, me maravillo, porque ahora una cosa así es casi imposible.
Días antes, mi tio Carlos montaba el belén. No sé si será porque cuando eres pequeña las dimensiones de las cosas cambian, pero aquel belén era el más grande y bonito que había visto yo. Además, y con mucha im`portanca para la mente infantil que yo tenía, tenía una casacada y había agua de verdad. Aquello a mí me encantaba. Claro, el árbol era gigante y maravilloso. Hoy día veo fotos, y me chafa un poco, porque en realidad no eran tan grandes los árboles de navidad, y el belén no era tan esplédido como yo lo recordaba, pero no importaba era pequeña y vivía ilusionada. Así que estaba bien.
Recuerdo una imagen en que mi tio Carlos se sentaba en el sofá de mi abuelo y probaba las luces de navidad. Muy concentrado, arreglaba las que estaban fundidas.
Los nietos mayores que habíamos, preparábamos un baile. Entre ensayo y ensayo, mi prima mayor y yo jugábamos a las barbies, nos montábamos unos palacios... que creo que disfrutábamos más preparandolo que jugando en sí en él.
Otra de mis primas y yo preparábamos la carta de los Reyes, grabábamos nuestras voces en una cinta de cassette y la escuchábamos, era vergonzoso, por eso lo hacíamos en el más estricto secreto.
Mi hermana y yo, esperábamos ansiosas el regalo navideño de mi tía Inés. Siempre nos regalaba cosas muy chulas, especialemente el dinero, jejej. Una colonia chispas, un album para colorear y cinco mil pesetas. Eran regalos estupendos. Al principio lo guardábamos, pero cuando ya nos enteramos de toda la verdad, ese dinero lo empleábamos en las compras de Navidad, una ilusión...
Alguien que quedó en el mundo infantil es un vecino que tienen mis padres. Juanito. Juanito tiene unos cuarenta años (diez menos que tú?? kikas?) y es retrasado. Pero es feliz. Es como un niño pero en grande, y cree en Papá Nöel; todos los años viene Papá Nöel a su casa y nos trae un regalo a todos los niños del bloque. Desde que yo era pequeña tengo regalo de ellos. Entonces la noche buena se vivía con más intensidad, al día siguiente tenía regalo. Ahora ya de mayor, ya no me traen, cuando me casé me despedí de él. Esas son las cosas que tiene todo esto. El niño Jesús también me traía y me trae cuando puede o cuando veo algo de mi abuelo (que en paz descanse) que me guste y me lo apropio.
Desde luego, el ser pequeño, el que te cuenten la historia de la Virgen, el niño, los pastores y los Reyes Magos, el reunirse y comer, charlar, jugar, el pasarlo bien en definitiva. Todo eso es genial. Y los regalos también.
Hoy es Navidad, es un tiempo perfecto para comer y reir. ESPERO QUE PASEIS UNA FELICES FIESTAS, QUE VEAIS A GENTE QUE OS QUIERA, QUE ESTÉIS BIEN QUE ES LO MÁS IMPORTANTE
Un beso a todos
Días antes, mi tio Carlos montaba el belén. No sé si será porque cuando eres pequeña las dimensiones de las cosas cambian, pero aquel belén era el más grande y bonito que había visto yo. Además, y con mucha im`portanca para la mente infantil que yo tenía, tenía una casacada y había agua de verdad. Aquello a mí me encantaba. Claro, el árbol era gigante y maravilloso. Hoy día veo fotos, y me chafa un poco, porque en realidad no eran tan grandes los árboles de navidad, y el belén no era tan esplédido como yo lo recordaba, pero no importaba era pequeña y vivía ilusionada. Así que estaba bien.
Recuerdo una imagen en que mi tio Carlos se sentaba en el sofá de mi abuelo y probaba las luces de navidad. Muy concentrado, arreglaba las que estaban fundidas.
Los nietos mayores que habíamos, preparábamos un baile. Entre ensayo y ensayo, mi prima mayor y yo jugábamos a las barbies, nos montábamos unos palacios... que creo que disfrutábamos más preparandolo que jugando en sí en él.
Otra de mis primas y yo preparábamos la carta de los Reyes, grabábamos nuestras voces en una cinta de cassette y la escuchábamos, era vergonzoso, por eso lo hacíamos en el más estricto secreto.
Mi hermana y yo, esperábamos ansiosas el regalo navideño de mi tía Inés. Siempre nos regalaba cosas muy chulas, especialemente el dinero, jejej. Una colonia chispas, un album para colorear y cinco mil pesetas. Eran regalos estupendos. Al principio lo guardábamos, pero cuando ya nos enteramos de toda la verdad, ese dinero lo empleábamos en las compras de Navidad, una ilusión...
Alguien que quedó en el mundo infantil es un vecino que tienen mis padres. Juanito. Juanito tiene unos cuarenta años (diez menos que tú?? kikas?) y es retrasado. Pero es feliz. Es como un niño pero en grande, y cree en Papá Nöel; todos los años viene Papá Nöel a su casa y nos trae un regalo a todos los niños del bloque. Desde que yo era pequeña tengo regalo de ellos. Entonces la noche buena se vivía con más intensidad, al día siguiente tenía regalo. Ahora ya de mayor, ya no me traen, cuando me casé me despedí de él. Esas son las cosas que tiene todo esto. El niño Jesús también me traía y me trae cuando puede o cuando veo algo de mi abuelo (que en paz descanse) que me guste y me lo apropio.
Desde luego, el ser pequeño, el que te cuenten la historia de la Virgen, el niño, los pastores y los Reyes Magos, el reunirse y comer, charlar, jugar, el pasarlo bien en definitiva. Todo eso es genial. Y los regalos también.
Hoy es Navidad, es un tiempo perfecto para comer y reir. ESPERO QUE PASEIS UNA FELICES FIESTAS, QUE VEAIS A GENTE QUE OS QUIERA, QUE ESTÉIS BIEN QUE ES LO MÁS IMPORTANTE
Un beso a todos
Comentarios
Un besazo y Feliz Navidad.
Es bonita, la recreación que has hecho de la Navidad infantil
Felices fiestas a ti también!
¿Aquí tambien se habla de mi edad? ¿Esto no será contagioso?
Por cierto, el Belén más bonito y más grande que siempre existió fue el de mi tío Carlos...¿No nos conoceremos de algo, Malvi?
¿tú también tiene sun tio Carlos? Tu edad está presente en mis pensamientos, así que aquí está indirectamente impregnado Sr. Kikas.
besos