Esto lo he leido en el facebook de una amiga. Me ha encantado y quiero compartirlo con vosotros
un beso
Recuerdo nítidamente cómo con cuatro años, sentada en el regazo de mi madre le pregunté: Mamá, ¿yo por qué soy yo y no otra persona? Mi madre me miró sorprendida y me dijo: "No te entiendo". A lo que yo contraataqué: "Sí, ¿porqué soy yo con este cuerpo y no otro?". Esto la desconcertó aún más y llamó a mi padre y ambos me hablaron de algo que yo no había preguntado y rieron sin aclarar mis dudas. Estaba claro, empezaba a discernir y el tener conciencia de mí misma me maravillaba. Aún me preguntaba muchas más cosas y muy profundas. Los niños hacen a veces este tipo de preguntas y reflexiones filosóficas, desde muy pronto comenzamos a tener dudas existenciales. Mi madre se acuerda y comenta cómo desde chica era ya un poco "mística". Todos lo somos.
¿Qué es lo que nos pasa en el camino?¿Por qué dejamos de preguntarnos esas cosas?¿Será que encontramos respuestas? No sé. En mi caso hay días que la pregunta está ahí en mayúsculas y hay otros días en los que sé la respuesta. Lo que sé es que no soy sólo mi cuerpo, ni mi cuerpo y mi mente, hay mucho más, pero mientras más profundizo más espacios encuentro y más cosas descubro sobre mí que me sorprenden y menos sé.
Está claro que hay días mejores que otros, me siento a meditar y me encuentro con el pasado armado de recuerdos amargos. Me siento triste. Observar la tristeza y sentirla me obsequia con un dolor de cabeza punzante. Elijo aceptar y acogerlo. Quisiera limpiar todos esos residuos kármicos que pululan por mi subconsciente, pero ya estoy de nuevo queriendo cambiar lo que es.
Meditación es conocimiento, la más grande de las ciencias, la autorrealización, la compresión más profunda, aunque duela. Agradezco a la vida el ofrecerme acceder al Dharma,el yoga y la meditación. Así se contestan las preguntas que comencé a eludir, o quizás no.
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