Tras unos días de relax, volvemos aquí, a la rutina, a los quehaceres del día a día. Muy contenta por una parte, porque echaba de menos mi casa, mi ordenador... mis cosas... pero por otro lado un poco rollo, porque la rutina estos días era, dormir, playa, comer, dormir, jugar a las cartas, dar un paseito, bañarme de nuevo si encartaba... cenar, heladito de hielo... y quizás más juegos de cartas... vaya, que la preocpuación más importante era si iba a la playa o a la piscina, no más... Aun así... una echa de menos las cosas.
Hay mucha gente que pensará que estos días de relax son una auténtica mierda, monotonía en su más alto nivel, pero si algo he aprendido en lo que llevo de embarazo, es que el tiempo es lo que tu hagas de él, si quieres que sea monótono o no es cuestión personal, es decisión propia. Por ejemplo conozco a un grupito de hombres, padres, abuelos y amigos que quedaban todas las tardes para echar unas bolas de petanca. Ellos podrían haberse quedado sentados, pero no...
Las tardes podríamos haberlas pasado como lo hacían las madres que allí se congregan todos los años, charlando en la piscina, sentadas con el culito frio en nuestras sillas de plastico de la playa, día tras días tras día tras día... eso para mí es la monotonía en pleno auge, porque todos los días de qué vamos a hablar? Así que nosotros introdujimos juegos de cartas, así las tardes hablando de algo pero sin hablar de nada tenían "su aquel" con el juego de cartas, todo se hacía más ameno. si quieres charlar, pues charlas, si quieres jugar, pues juegas y ya está... se trata de pasar el tiempo lo mejor posible.
Siempre que hemos ido a Benalmadena ha sido para volver en la noche, visitas a los niños y a correr a nuestras casas, esta vez fue especial, tenía un nuevo matiz... nos quedamos por un tiempo, y hemos estado bien.
Nos hemos alojado en un apartamento de un antiguo apartahotel, que en su día seguro que fue la repera y que ahora lo sigue siendo pero notándose la antigüedad del lugar. Hoy en día, la mayoría de los que están allí son propietarios. Hace mil años cerraron el apartahotel, y vendieron todos los apartamentos, y tenemos ante nosotros todo aquello con la misma estructura, los mismos espacios (una pena por el espacio vacío inservible y sin planes de futuro que hay allá) casi el mismo mobiliario y las mismas gentes que repiten año tras año una temporada de relax entre aquellas pareces y la playa.
Quienes más disfrutan de aquello son, sin duda alguna, los niños pequeños. Gozan de una libertad un tanto envidiable. Digo envidiable porque recuerdo la sensación que me daba a mi de pequeña estar fuera del punto de mira de mis padres y eso me encantaba porque me daba sensación de libertad, imagino que sigue siendo igual para los pequeños de ahora.
En fin. No sólo hay pequeños allí, también tenemos a las que fueron pequeñas y son ahora madres, y alguna población mayor, viejecillas con ganas de vivir bien, repeinadas de peluquería semanal y pertenecientes todas al club de las bañistas de cabello seco, es común verlas bañarse en la piscina a horas muy prontas, sin niños salpicones, chillones, exigentes, saltarines y correcaminos, haciendo largos como tortuguitas, con el cuello estirado estirado para no mojar sus estilosos peinados de pelo blanco.
En general, el ambiente allá es sano y muy respetuoso, educado al máximo. Los niños pequeños se comportan como lo que son, niños pequeños, pero con respeto,cosa que algunos chavales un poco más mayores han perdido por completo, allí no hay reparos en llamar la atención al que molesta, desde luego que no, aunque yo no lo he hecho, se lo he dejado a quienes más disfrutan haciendo estas cosas... a las abuelitas, ¿qué es una abuela sin llamar la atencion?
También conviven allí abuelas que fueron madres e hijas que en su día ocuparon los puestos de los niños chicos de hoy, así que es como una gran familia que se reune una vez al año... bueno, quizás no tanto, pero más o menos. Todos los años las hijas que un día vivieron en los apartamentos de sus padres alquilan uno para sus familias por un mes, quince dias... o incluso una semana! el precio no es bajo, desde luego que no... Pero una vez al año... ya os digo! no pasa nada. Hay inclusive un chiringuito abajo, en la piscina por si no tienes ganas de cocinar o por si quisieras una copita en la tarde junto a tus amigos... hay de todo... todo es relax menos cuando los niñatos que salen por Puerto Marina chillan a altas horas de la madrugada... pero eso mejor en otra entrada.
Al estar al lado de la zona de marcha de Puerto Marina es genial para inquilinos jóvenes en época de juerga, pero de esos hay pocos aun... los chicos de ahora son los que saldrán a Puerto Marina en el futuro.
Aun queda para ello... mientras tanto, año tras año se repite la misma historia con la única salvedad de que los niños van abandonando fases, quemando etapas... los niños van creciendo... y crecen muy rápido, me he dado cuenta este año.
Comentarios
En fin... lo dicho, ya te contaré. Un beso Kikas!!